jueves, 28 de julio de 2005

Pereza

- Perdone!, ¿podría indicarme un sitio cercano para comprar algo de comer?
- Umm!!. En esta calle no va a encontrar nada, pero en la paralela a ésta hay una panadería y al lado una charcutería.
- Ya, pero...! ¿No hay algún sitio más cerca?.
- Acérquese a esa plaza. Encontrará algún bar abierto.
- Es que... vengo de esa dirección y no me apetece volver atrás.
- Pues mire, eso de ahí enfrente es una papelería...

miércoles, 27 de julio de 2005

Madrugones

Hace unos días salía por la tele una entrevista a un actor norteamericano de quien no recuerdo su nombre, porque dicho sea de paso, la vida de esos personajes me interesa bastante poco.

El caso es que comentó que le gustaba madrugar (???????) porque así podía contemplar cómo despiertan las ciudades.

Haizea esbozó un "¡qué bonito!", algo que también había pasado por mi mente unos segundos antes. Interrumpí mi lectura y me quedé pensando que desde hace unos meses ronda por mi cabeza la idea de madrugar un fin de semana para experimentar las sensaciones que produce ver una ciudad ponerse poco a poco en movimiento lejos del estrés de un día laborable.

Cosa que no sé si haré algún día, a no ser que a mi vecina-despertador le dé por funcionar en sábado...

martes, 26 de julio de 2005

Atenuantes

¿Despertarse bajo una crisis nerviosa sirve como atenuante para el delito de homicidio?

Me explico:

De un tiempo a esta parte me he dado cuenta de que el despertador ha sido la compra más inútil de la que me acuerdo, ya que once de cada diez días se repite la secuencia de hechos siguiente:

- 6:45 (aprox) Mis vecinos de noséquépiso encienden la radio y ponen el programa de "España a las seis" a todo trapo. He de reconocer que este hecho a mí apenas me afecta, pues no recuerdo haberme despertado nunca por su culpa, aunque también es cierto que ponen la radio demasiado alta para esa hora.

- 7:00 (también aprox). La vacaburra de tampocoséelpiso suelta un berrido de unos 350 decibelios exhortando a los anteriores a que apaguen la radio. La voz (tanto en volumen, como en tono y timbre) es tremendamente desagradable, y tiene la (no muy asombrosa, dicho sea de paso) capacidad de despertarme todas las mañanas.

- Entre 7:01 y 7:05. Empiezan a reestablecerse las constantes vitales de Itsasbeltza. Su pulso se sitúa ya en torno a las 150 pulsaciones y sólo se preoducen unas 120 respiraciones en el mismo periodo.

- Entre las 7:05 y mi hora habitual de levantarme. Intensa actividad cerebral. Intento eludir pensamientos negativos como "parecerá que fue un suicidio", "voy a quemar su puto piso" o "como me la encuentre en el portal la voy a colgar de los buzones".

Cualquiera que me conozca sabe de la importancia que tiene la cama para mí. Y es que con determinadas cosas no se juega... Y menos a la vuelta de un puente.

viernes, 22 de julio de 2005

Critiqueos...

Durante el desayuno, la conversación giraba en torno a temas que no me gustaban, así que decidí levantarme de la mesa e irme a trabajar. Para pasarlo mal, prefiero al menos que me paguen por ello...

Pero claro... Luego toca dar las explicaciones pertinentes:

- Itsas, ¿cómo es que te has ido antes?
- Lo siento, pero no tengo vocación de sastre y nunca me gustó "hacerle trajes" a nadie.
(Silencio)

Sé perfectamente que los quince minutos siguientes estuvieron hablando de mí.

jueves, 21 de julio de 2005

Visitas

Lo bueno de vivir en Madrid es que cuando alguien vuelve de un viaje por el extranjero siempre se acuerda de uno y quedamos para tomar algo.

Lo malo es que esos encuentros sean en miércoles y se prolonguen hasta las cuatro de la mañana.

Lo peor es cuando el día siguiente toca trabajar...

miércoles, 20 de julio de 2005

Imágenes

Un día de verano de hace un par de años escribí un relato corto inspirado en una persona de la que me sentí profundamente atraído.

En aquel cuento ella llevaba un vestido largo que se movía por efecto del viento y caminaba descalza por la orilla del mar, sujetando sus sandalias en su mano.

Hay días como hoy, en los que sin saber porqué, esa imagen vuelve a mi cabeza.

martes, 19 de julio de 2005

Vacaciones

Desde abril hasta hoy he visitado unas cinco veces al dentista.

No es de extrañar, entonces, que aún no haya hablado de mis vacaciones.

viernes, 15 de julio de 2005

Injusticia

Tampoco hay que ponerse así... Decir que un radar es "como Dios manda" no es para tanto.

Y mucho menos para suspender al alumno.

Las cinco del viernes (XXVII)

Las "cinco" me han hecho rememorar pequeñas batallas...

1. ¿Cuándo fué tu último examen?
Examen final del curso de Inglés que hice durante el año. Aprobado!!!!

2. ¿Hay algún examen que recuerdes especialmente por algo?
Un sábado a la mañana me presenté al último examen del curso. Como vi que iba a suspender, decidí entregar el examen antes de tiempo y marcharme (unos amigos estaban esperándome a la salida para iniciar una escapada a Galicia). El profesor no me dejó salir y me dijo que esperara a que todos terminaran. Me aburría, así que decidí ponerme a leer el periódico. De vez en cuando se me ocurrían cosas y retomaba el examen (en realidad solo maquillé el cero dejándolo en un precioso uno). El profesor, al ver mi actitud reconsideró su postura y me dejó ir.

3. ¿Has copiado alguna vez en un examen? ¿Qué técnica utilizabas?
En la universidad copié en la mayor parte de los exámenes. Mi técnica favorita era usar hojas de examen (tamaño folio) como chuletas. Siempre consideré que cuánto más grande fuera la chuleta, más difícil era ser descubierta.

4. ¿Eres de los que necesitan altas dosis de valeriana, altas dosis de café o te tomas(o te tomabas) las cosas con filosofía?
Oír la palabra examen hace que me ponga neervosioo!!!

5. ¿Examen tipo test, examen de desarrollo o.. examen oral?
Antiguamente prefería los desarrollos. Hoy prefiero los test, más que nada porque uno ya tiene edad para avergonzarse de las cosas que pone...


Un extra: ¿Cuantos bolígrafos cogías o cojes antes de cada examen por si se le acaba la tinta a alguno? :D
Sólo uno. Si se me terminaba me daba la vuelta y se lo robaba al de atrás.

Aforismo

La frase que un hombre nunca quiere oír pronuciada por los labios de una mujer es "Tenemos que hablar..."

Pero... ¿cómo explicárselo?

Hoy una compañera de trabajo me ha dicho que no tiene ninguna ilusión de que llegue el fin de semana. Cuando me he enterado de que vuelve a vivir en casa de sus padres he comprendido el porqué.

¡Qué estúpidos somos a veces por no darnos cuenta de que la felicidad está en nosotros mismos!

Afortunadamente no todos somos así

De entre las cosas que tenía en mente postear en la serie de artículos anterior, se encuentra ésta, que tristemente vuelve a ser un tema de actualidad.

Corría el mes de marzo de 2004. Madrid estremecida por las explosiones intenta recuperar la normalidad. De camino al trabajo, con miedo en el cuerpo, entró en mi metro una jovencita musulmana, con un hiyab cubriendo su pelo y una kefia anudada a su cuello. Portaba una mochila a su espalda y un cuaderno en su mano. Se sentó en un asiento lateral, dejó la mochila en el suelo, abrió el cuaderno y se puso a estudiar.

El imbécil que tenía a su lado al ver su presencia se levantó del asiento y rápidamente se dirigió al extremo opuesto del vagón.

Nunca suelo sentarme en el metro (a menos que vaya vacío), pues considero que siempre va a haber alguien más necesitado de asiento que un joven (eso creo...) como yo, y ni siquiera en aras de lo políticamente correcto decidí hacer entonces una excepción. Aunque me quedé con ganas.

Puede parecer una frase hecha cara a la galería, pero no es así. De las dos personas que participaron en esta historia tengo bien claro a quién temo más...

miércoles, 13 de julio de 2005

Itsas y el "no" (4ª y última parte).

La semana pasada inicié una serie de artículos sobre mi comportamiento ante el "no". He de reconocer que los acontecimientos de Londres me hicieron perder el hilo e incluso me dejaron sin ganas para continuar.

Mi idea inicial era contar seis o siete casos en los que por diversas razones mi comportamiento ha sido diferente. En muchos casos el nexo de unión era el "no", bien sea porque esa fue mi respuesta, o porque es la que debió ser y no me atreví a dar.

Unos apuntes finales:

Cuando estoy en grupo y se acerca alguien a pedir dinero o a vender CDs, suelo ser yo el que contesto que no queremos. Me sorprende cuando alguien se me adelanta ya que no suele ser algo muy habitual.

Me siento mal cuando en el metro aprovecho mi lectura para hacerme el distraído y no tener que dar la moneda que cada día cuesta más en salir de mi pantalón al músico que nos ha amenizado o amargado el viaje.

En estos casos no me gusta huir o simplemente decir no. Ese 'no' encierra cierta componente de egoísmo que me deja cierto regusto amargo, incluso hasta cuando ese 'no' sea lo mejor para mí o para él...

Estos son los noes de los que quise hablar.

Los que provocan silencios aparentes.

Porque las conciencias no callan.

viernes, 8 de julio de 2005

Duelo

De todas las fotos que pasaron por mi retina tras los atentados del 11 de Marzo me quedo con ésta:

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De entre los miles de ramos de flores y velas depositados en Atocha emerge un oso como regalo póstumo a Patricia Rzaca, quien a sus 7 meses se convirtió en la más joven víctima de los atentados de Madrid, producto de una sociedad enferma donde intereses como patrias, dioses, petróleo o venganza prevalecen sobre los derechos de los individuos a VIVIR en paz.

Patricia murió inocentemente en la madrugada del 12 de Marzo de 2004 en el hospital del Niño Jesús, muy cerca de donde yo vivía por entonces, al no poder sobreponerse de las heridas que todavía hoy se ciernen sobre la humanidad.

El cielo está lleno de ángeles como ella. Ángeles que mueren en Nueva York, en Kabul, en Bagdad, en Madrid. En Londres...

jueves, 7 de julio de 2005

Horror

Ahora parece que le ha tocado el turno a Londres.

Sucesos como estos dejan a uno sin palabras.

Itsas y el "no" (3ª parte).

Cambio de parque, cambio de protagonista, cambio de besos por discusiones, reproches y lágrimas. Al darme la vuelta un momento veo que a lo lejos un hombre se acerca a nosotros bajando la cuesta que se encuentra a mi espalda.

Me olvidó de él, hasta que unos minutos después ella dice que nos vayamos. Pero lo dice en voz alta... como si quisiera que alguien más le escuchara.

Entonces me giro y vuelvo a ver al hombre de antes. Está detenido a dos metros escasos de distancia. Nos está mirando fijamente pero con una mirada neutra que no denota ni agresividad, ni suplica, ni lascivia. Me doy cuenta entonces de que está mal vestido.

Miedo.

La estampa de ese hombre callado y quieto frente a nosotros me trae a la mente la escena relatada en el post anterior. Entonces, rápidamente, le cojo de una mano a ella y abandonamos el lugar.

Cuando ya nos presentimos a salvo, nos damos la vuelta y le vemos en la lejanía, siguiéndonos lentamente.

Continuará...

miércoles, 6 de julio de 2005

Itsas y el "no" (2ª parte).

Nos besábamos en un parque a plena luz del día. De pronto escuché una voz. Al separar mi cuerpo del suyo descubrí un chaval joven pero consumido por la heroína que nos reclamaba algo de dinero.

Con un gesto de fastidio hurgué en mi bolsillo y le di la primera moneda que encontré. Creo que era una moneda de 100 pesetas con la que compré mi seguridad y la de ella.

Volvimos a lo nuestro.

Los besos ya no me supieron igual.

Continuará...

Madrid olímpico???

No quiero que Madrid sea designada sede olímpica porque preveo un encarecimiento de la vida (y especialmente del suelo) si tal hecho se produjese. De ahí que defiendo la candidatura parisina por ser la que veo con más opciones de ser designada.

Mi compañera de piso francesa prefiere la candidatura madrileña, simplemente por joderme a mí.

martes, 5 de julio de 2005

Itsas y el "no" (1ª parte).

Faltaba más de una hora para la salida del autobús, así que busqué un sitio en la estación para leer el periódico. El único asiento vacío en todo el intercambiador era al lado de un indigente que apuraba un tetra-brik de vino mientras soltaba algún gruñido ininteligible.

Me senté junto a él y me sumergí en la lectura. Unos minutos después se levantó, se dió la vuelta y rápidamente soltó un puñetazo contra el panel de publicidad que se encontraba detrás de nuestras espaldas.

Las dos mujeres del asiento de enfrente salieron corriendo presas del pánico. Durante unos segundos me quedé sentado sin saber como reaccionar. No quise irme inmediatamente porque eso significaba despreciar a un ser humano, tampoco quería quedarme porque no me sentía seguro a su lado.

Decidí terminar de leer el artículo mientras observaba sus movimientos de reojo, guardé lentamente el periódico en mi mochila y abandoné el lugar con la sospecha de que ese asiento iba a permenecer mucho tiempo vacío de nuevo.

Continuará...

viernes, 1 de julio de 2005

Un duro reto

Mi fisionomía está cambiando como si de un adolescente se tratara. El caso es que la prominencia que tenemos los hombres a media altura (hablo de la barriga, no me seais mal pensados) ha crecido alarmantemente a lo largo de los últimos meses.

Después de consultar mi problema con varios asesorAs de imagen, el veredicto ha sido unánime: "¡Itsas!, ¡deberías dejar de beber cervecitas!".

Y en eso estamos ahora... Buscando nuevos asesores de imagen.