viernes, 21 de noviembre de 2008

El último viaje trancurre como si fuera uno más. Pese a todo la conversación gira en torno a pequeños sucesos cotidianos ocurridos durante este año y medio.

El metro se detiene en mi estación, sin dar apenas tiempo a un abrazo de despedida, sólo dos besos y un par de frases (las últimas) dejadas a la improvisación.

"No nos eches mucho de menos", me atrevo a decir yo. "Que te vaya bien... todo" responde ella.

Su convoy parte. Esta vez prefiero no quedarme con la sempiterna imagen de "algo" que se aleja. Mis pasos se proyectan hacia adelante, hacia otro presente, y con ellos mi mirada; pero mi mente me guarda de nuevo una mala pasada y se empeña en aferrarse a este recuerdo que ya ha quedado guardado en algún compartimento estanco de mi memoria...

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Ya es mala suerte que para dos míseras veces (aquí la otra) que me he acercado al Bernabeu, haya tenido que ver cómo el Real Madrid le endosa hasta ocho goles a equipos de mi tierra...

Aunque (como decía el anuncio), ver como el pez chico se come al grande no tiene precio...

viernes, 7 de noviembre de 2008

Soy de los que piensan que todos en mayor o menor medida nos prostituimos en el trabajo, por lo que para mí el vocablo "puta" hace tiempo que dejó de ser un insulto. Esto mismo pensaba estaba mañana mientras me fijaba en el teléfono móvil que acababa de dejar junto al teclado del PC con el que me pego todos los días laborables.

Yo que siempre he sido recolector de llamadas perdidas, de SMS abandonados en el fondo del buzón de entrada y de infinitos cabreos por parte de mi lista de contactos, me veo de pronto reconvertido al mundo de los moviladictos gracias al vil metal y con unas capitulaciones matrimoniales (o condiciones contractuales, que lo mío es sexo, no amor...) que me obligan a estar pegado a él 24 horas al día durante los siete días de una semana.

En fin... unos eurillos que me pueden venir bien de cara al año que viene...

P.S. No viene a cuento pero me apetece contarlo... Esta mañana mientras me pegaba con la burocracia, una gentil dama me ha preguntado por mi nombre y apellido. Itsas Beltza Garrido le he contestado, a lo que ella levantando la vista me ha espetado que sólo había preguntado por un apellido, no por dos; y todo esto con ese tono que sólo los funcionarios (menos una) saben impregnar a sus palabras. Lo he dejado pasar... no he querido comentarle que yo soy de mi padre y de mi madre y que sin uno de ellos me siento incompleto. Y para los curiosos... sí!, ese es mi apellido real.

martes, 4 de noviembre de 2008

Dins aquest iglú

Vuelvo a Mallorca...

Hace algún tiempo escribí esto. Detrás de una torpe y libre traducción de la letra de una canción de Sexy Sadie, se encontraba la nostalgia ante un adiós, el adiós de un grupo musical, y un adiós de índole personal que hoy me siento incapaz de recordar.

Durante las dos últimas semanas me he sentido tentado a escribir sobre mi desierto (siempre mi desierto), donde la flores son margaritas. He querido escribir sobre soles blancos, casas, océanos y algas marinas.

Sobre espacios umbríos, cometas distantes que un día llegan a rozarse creando sonrisas y complicidades pero condenados a separarse y a vagar en solitario durante decenas de siglos.

Pero al final siempre resuenan las duras palabras...

Ses coses no són fàcils per ningú dins aquest iglú
tan descongelat, tanta longitud,
tan ple de finals, tan privat de tu.

(Antònia Font)