No entiendo el porqué de que cada vez que ETA decide que alguien no es digno de vivir, muchas miradas (o interrogantes) de habitantes de la Villa y Corte se dirigen hacia Itsas.
Y no lo entiendo, porque yo no voy pidiendo cuentas, cada vez que una bala financiada por todos nosotros (incluyendo a quién aquí escribe), pone fin a una vida iraquí (en el pasado), o afgana, o libanesa, o...