viernes, 9 de marzo de 2007

Crónica de un día negro (IV)

A Miguel Angel, los atentados le han pillado en París. Su novio le ha llamado para contárselo. Está en medio de una reunión y no tiene acceso a internet. Sólo tiene mail. Dice que tiene la mente puesta en lo de Madrid y que no puede concentrarse. Nos pide que por favor le enviemos recortes de prensa vía correo electrónico. Iñaki aprovecha para interesarse por el estado de los miembros madrileños del "foro subversivo". Marta contesta primero. Itsas poco después.

Me llama mi tía. Está llorando. No se ha levantado en todo el tiempo del sofá.

- Pobre gente!, ¡encima en barrios humildes!, ¡Hijos de puta!, ¡Hijos de puta!!!!

Sólo trato de calmarla. Entrar en debates sobre la autoría no nos llevaría a ninguna parte. Además ella es muy cerrada y no entiende a razones. Ya tendremos tiempo por la noche para hablar más tranquilamente.

Se me acerca uno de los jefes de la empresa. Días atrás habíamos estado hablando sobre ETA. Hay resentimiento en sus palabras:

- ¿Así que ETA siempre avisa?
- ¡Ya ves!

La cifra de muertos se dispara. 70, 130.. Los actos de la campaña electoral se han suspendido. Primero el PP, luego el resto. A mitad de la mañana el denostado Arnaldo Otegi declara que la izquierda abertzale, ni por asomo piensa que ETA esté detrás de las bombas de Madrid. La cosa empieza a clarificarse. El portavoz de una plataforma ilegalizada ha sido el único político capaz de saber estar a la altura de las circunstancias. Ha sido claro, concreto y conciso. Comienza el baile...

Mi "ex" (votante del PP en las generales del 2000) me escribe:

- ¿Estás bien?. Supongo que como por aquí pero un poco peor.

Ha hablado con Marta (una amiga común que también trabaja en Madrid). Está bien.

No contesto.

Me pongo a trabajar un poco. Había quedado con Marta (otra Marta...) en enviarle un documento y me evado un poco buscando cifras escondidas en aburridas bases de datos. Sólo me da para envíarle una pequeña parte. Escribo:

-Buenas (por decir algo)

Me empiezo a cansar de repetir cual es el "modus operandi" de ETA (más veces de las aquí esbozadas), y considero que es cruel dar la "callada por respuesta" a mi ex, pues a fin de cuentas ya no conoce mis hábitos:

- No!, no estoy bien! Pero aún es pronto...

Se extraña de mi respuesta. Quiere saber más.

- Al menos no estás herido... ¿Qué quieres decir con que aún es pronto?

Por el momento no contesto. Ya sabe de mí lo fundamental. Hasta el día siguiente no sabrá más.

Y es qué mis interrogantes comienzan a cambiar. Comienza a ser más importante el por qué...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Reconozco sensaciones, situaciones, palabras como si fueran propias... Valiente ejercicio de rememoración de aquellos instantes.

Musu bat!