jueves, 8 de marzo de 2007

Crónica de un día negro (II)

Nada más pisar la calle me percato del atronador sonido de ambulancias y coches de policía. Venían de todas las direcciones posibles dando una sensación de caos que envolvía todo el ambiente. Caigo en la cuenta de que ya lo llevaba oyendo desde antes de enterarme de los hechos pero por desgracia el sonido de las sirenas de emergencia es algo a lo que los madrileños están bien acostumbrados, y aunque durante mis primeros días en la urbe causaron sorpresa en un individuo de provincias como yo, ya me consideraba lo suficientemente madrileño (al menos) en eso.

Voy tarde a trabajar, lo que sumado a los nervios, hacen que mis pasos sean aún más rápido de lo habitual.

Mi cerebro cavila...

- Vamos a ver...! ETA no funciona así, perooo....!

Miro a mi alrededor, voy caminando por una calle desierta y con muchos sitios libres de aparcamiento. Los atentados no han sido muy lejos de aquí, y ETA acostumbra a hacer un coche bomba después de los atentados para borrar pruebas y generar más confusión.

Lo reconozco...! En ese momento mis pasos se aceleraron aún más.

El panorama al fondo no es mas halagüeño. Lo que hasta entonces eran sonidos de sirenas se convierten en imágenes. Toda la calle Doctor Esquerdo es un hervidero de ambulancias, coches y furgonetas de policía. Nunca he visto (ni espero ver) tal concentración de ellas...!. Todos ellos llevan heridos. El hospital Gregorio Marañon está a 500 metros y la calle es ruta obligada de los vehículos de emergencia que venían desde la calle Téllez.

Entro en el metro. Gracias a Dios no está cortado.

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