lunes, 11 de diciembre de 2006

Una de las cosas que más me gustan de Madrid es la posibilidad de conocer a gente de procedencias diversas con el enriquecimiento que eso trae, sobre todo en el lenguaje.

Y también me gusta cuando compruebo que expresiones para mí habituales crean extrañeza en los demas.

Aunque a veces es un problema. Hoy se me ha ocurrido "pedir sopitas" en el trabajo y me he quedado más sólo que la una...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿sopitas de ajo? ¿caldito?... cuenta, cuenta que has pedido...

Anónimo dijo...

Có, serás ababol?. Ñai!