viernes, 28 de octubre de 2005

Ventanas

Hace cosa de un año, aproveché que una compañera de trabajo dejaba libre su puesto de trabajo para pedir el cambio a donde ahora me encuentro.

Tengo muy próxima una ventana que está orientada al suroeste, eso quiere decir que por las mañanas entra luz pero sin sufrir directemente los rayos de sol, pero... a la tarde, cuando éste comienza a caer, la situación cambia radicalmente y se hace necesario bajar la persiana para no ser deslumbrado por el reojillo.

En verano, no sólo subo y bajo la persiana, también abro la ventana para que entre el airecillo de la mañana, el cuál me parece más beneficioso para la salud que los aires acondicionados y recibo de paso la consiguiente y justa (lo reconozco) bronca por el excesivo gasto de energía que conlleva mi actitud.

Es decir, que me paso todos los días cumpliendo con mis "obligaciones" adquiridas por tener un sitio "de ventana", y heme aquí subiendo la persiana esta mañana, cuando se ha producido esta conversación:

- Pero Itsas, ¿Cómo es que subes la persiana con el día que hace hoy?
- Para ver llover...

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