lunes, 26 de septiembre de 2005

Resolviendo puzzles

Mis dos sobrinos comienzan a hacer el puzzle por el tejado de la casa, luego la fachada, posteriormente el suelo y finalmente colocan las piezas correspondientes a la niña.

Mi sobrina y ojito derecho Miren, comienza ese mismo puzzle por la cara de la niña, buscando en primer lugar las piezas con los ojos y la boca. Una vez conformada la expresión completa el pelo y hasta que no lo ha terminado no pasa a darle forma al resto del cuerpo. Ni que decir que la casa la deja para el final.

Llevo varios años de discusiones sobre las diferencias entre hombres y mujeres. Si bien acepto que muchas de ellas son debidas a la educación, como defienden algunos de mis contertulios, me resisto a abandonar la idea de que la genética tiene la última palabra. Cuando se trata de juguetes comunes, mi sobrina ha hecho "motocross" como sus dos hermanos mayores y se ha mostrado más lanzada a la hora de calzarse unos patines, montar en una bici o incluso jugar en el agua. Sin embargo, la forma en la que abordó el puzzle me dijo mucho.

¿Cuatro años han bastado para educarla como "mujer"?

2 comentarios:

Txabi Beroitz dijo...

Niñooo!. ¿Cumples un añito en este submundo y no va decir unas palabritas?. ¡Que hable, que hable!. Bienvenido y bienhallado. Un beso.

Anónimo dijo...

Ande tá la play?