martes, 21 de junio de 2005

Despistes y franquezas (V)

"Creo que debo ser el único despistado de la galaxia. Sí, ya sé que todos somos humanos y cometemos errores, pero parece que por cada uno que comete otra persona, yo debo cometer veinte."

Esto es lo que venía pensando después de mi última hazaña, que telegráficamente se resume en:

- Si tras cinco minutos de espera, sigues sólo en la parada, es porque quizá el autobús no vaya a pasar.
- No es tanta casualidad, que nadie, absolutamente nadie, de los que se bajaron del metro, quisiera coger el autobús.
- ¿No te has planteado por qué hubo gente que no se bajó del metro?.
- Además, montas en el último vagón, y la salida está al principio. Que no se montaran colas en torno a la escalera mecánica no es porque haya más gente de vacaciones que ayer.
- Que hayan desaparecido los carteles indicando dónde tomar el autobús alternativo, no es obra de gamberros.
- Conviene informarse de cuándo finalizan las obras en la línea de metro que coges todas las mañanas.
- No es tan difícil darse cuenta, de que una vez que han finalizado, dejan de circular los transbordos en autobús.
- Los avisos de megafonía también son para Itsasbeltza.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Quien sabe cuando un despiste te puede dar una sorpresa... un abrazo de otro despistado...

Txabi Beroitz dijo...

Aquí me tenéis, esperando al metro... Por cierto, parece que tarda. Un beso.

itsasbeltza dijo...

Andá...! ¡Más despistados!

Anónimo dijo...

Y como termina el cuento?