Aunque soy de los que nunca pueden recordar los sueños esta noche ha sido distinto.
Y me he despertado recordando el paisaje con toda claridad y lujo de detalles...
Estaba en Egipto. Pero no el Egipto de las pirámides y las esfinges, ni tampoco el de las mezquitas y los bazares, ni el de las dunas y los desiertos. Asombrosamente era occidental y cercano...!, y verde, todo tan verde.
Entonces ella, cual Eva, me invita a morder la manzana y me propone alejarnos de las rutas turísticas. Minutos después nos encontramos recorriendo un largo valle, y montados en un todoterreno vamos dejando un surco de polvo a nuestro paso.
Pero... ¿Quién era ella?
4 comentarios:
Jo! Menudos sueños tienes tú! Qué envidia!!!
Y no andes con desconocidos/as...
Apuesto a que los tuyos son más bonitos...
Tiene su atractivo...
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