martes, 27 de mayo de 2008

Vuelvo a hurgar entre papeles. Esta vez hallo una copia de un correo electrónico que envié unos años atrás a dos personas. La primera de ellas Candela, alguien insustituible en lo laboral y en lo personal y que nunca sabrá todo lo que he llorado su "pérdida". La segunda es Juanma, mi compañero de fatigas por entonces (y cuando sobre uno de los dos pendía una "reestructuración laboral").

Leo las líneas que escribí. Al día siguiente había convocada una huelga general y yo daba instrucciones en el caso de que hubiese algún problema al día siguiente para que ellos lo solucinaran.

Aquel 20-J yo no fui a trabajar. Finalmente y pese a ese mal precedente yo me salvé y la cabeza cortada fue la de Juanma, aunque tuvo suerte y fue rápidamente reubicado en otras tareas.

Para mí fue una sorpresa esa decisión. Quizá pronto tenga que tomar una decisión similar, y quizá esta vez no tenga tanta suerte...

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