Y pensar que antaño cuando alguien pretendía abrazarme le rechazaba. Y pensar que hoy cuando los deseo, y tengo quien me los dé, la distancia se interpone entre nosotros.

¿Qué deparará el mañana?

Análisis médico...

Un año más pasé el reconocimento médico, con sádica extracción de sangre incluida y sin ningún desmayo por mi parte. Peeeeeeerooooo... añoro esas épocas en las que me mareaba con el pinchazo.

¿Por qué?

Miremos los resultados:
Colesterol: 220. Valores aconsejables (130-220).

Vamos...!!! Justo, justo, justo...! Pero también hace falta ser capullo por darme los resultados el día que empiezo mis vacaciones de Navidad...!!!

Hace años me encargaba de recaudar dinero e ir a comprar la lotería de navidad para el grupo de amigos entre los que me movía. Como quiera que nunca le daba ninguna preferencia al lotero, éste terminaba por darme números feos, es decir bajitos (y que nadie se me enfade pero es que los que somos tirando hacia altos somos mucho más guapos...), y los tiernos infantes de S. Ildefonso cantando cifras mayores de 10000.

Como soy de gustos minoritarios de aquella época me ha venido el gusto por el 0 (algo tendría que ver también estar estudiando una carrera...), pero ojo... como cifra inicial, porque (y en esto no soy nada original) tengo especial predilección por los impares.

Acabo de mirar los números que juego mañana y que mi cartera guarda celosamente, y són todos pares, eso sí... no encuentro por ninguna parte los décimos jugados por toda la empresa... ¿Y si toca...?

Regalos...

En ocasiones recibo regalos que no me merezco. No me refiero a regalos materiales (los cuales con que "simplemente" me lleguen de mi jefe me basta y me sirve...), sino de otro tipo, de esos que se instalan en un trocito de la conciencia, de la mente, o aún mejor en el corazón y que sirven por lo menos para alimentar entradas cuando dentro de 53 años haga lo propio con mi propio ego y me cree un blog (que a estas alturas, hasta amatxu tiene uno antes que yo...)

Y es que en medio de nuestros quehaceres y mientras ella hacía un repaso de este año con propósito de enmienda incluida para el que viene, me ha confesado que he sido lo mejor que le ha pasado en el 2007.

He detenido el tecleo que en ese momento me traía entre dedos y me he quedado boquiabierto. ¿De veras que me merezco un año de su vida...?

Paris mon amour

Justo antes de cerrar la habitación de aquel pequeño hotel parisino, pregunté...

- ¿Y tú estás bien conmigo...?

Tardé sólo medio año en comprobar que su respuesta fue una mentira.