viernes, 30 de marzo de 2007

Mi vida ha sido siempre un aluvión de oportunidades perdidas, y no me refiero a dinero, trabajos y logros materiales, sino a aquello que los libros de economía colocan en el primer lugar de importancia dentro de una empresa (y que éstas luego olvidan): El capital humano.

Las personas de carne y hueso. ¡Vaya!.

Analízome:
1.- No me gusta comprometerme afectivamente con personas a las que sé que no le voy a dar toda la atención que se merecen.
2.- Nunca llega el momento adecuado para romper el hielo.
3.- Los celos son malos consejeros. Huir de ellos. Autocensuras.
4.- ¿Dónde deje el libro para hacer amigos que me regaló el gilipollas del chiste?
5.- Sigue sin llegar el momento para romper el hielo. Quizá mañana...

¡Ostias!, (perdón Amatxu!), ¡Qué chorradas escribo!. Acaba de partir otro tren...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver si va a ser que le das demasiado a la melondra... Es decir, a la cabeza, y claro, se te escapan los trenes de pensar... A veces es consecuencia de los miedos, vas haciendo acopio de experiencias y cada vez intentas dejar más sitio a la cabeza y menos al corazón. A eso se supone que se le llama madurez. Pero la madurez en estos temas no sirve, ya puedes ser la persona más centrada del mundo que si no tiene que ser no será. Cosecuencia, optemos por la teoría del "Laisser faire" de Adam Smith, pero aplicada a estas cuestiones, y dejemos actuar al corazón libremente, con una intervención del cerebro únicamente en los casos necesarios (como por ejemplo, que ahí si estoy de acuerdo, no comprometerse verbal ni físicamente con quién no nos convence, nunca hagas a nadie lo que no quieras que te hagan). Y si no llega el momento de romper el hielo, te pillas el hacha y lo buscas. Y si no funciona, ya habrá más hielos que romper. Lo importante es no perder la ILUSIÓN porque alguna vez ocurra.Ánimo champion!

itsasbeltza dijo...

Bueno, Ishtar...! En lo de darle a la melondra, suelo hacer lo justo y cuarto y mitad más... (y una pizca de sal para que no me quede demasiado soso).

En fin... coñas aparte, ayer desvariaba un poco... Por eso me gusta abusar de las "metáforas".

Y por cierto... ¿osas a mencionar a Adam Smith en mi blog?. Uy, uy, uy... lagarto, lagarto (que se dice en mi pueblo...)!!!

Besitos...

Anónimo dijo...

Jejjej, yo también mencionaba a Adamn Smith como metáfora... Tal y como empezaba tu entrada al blog...
Cuidadín con lo de darle muchas vueltas a la cabeza, que al final uno acaba como la niña del exorcista. ;P
Besitos para ti también