Pasaba los veranos en un pequeño pueblo. En la calle en la que vivía había una cuesta, para nosotros impresinante. Hoy apenas es un desnivel... Ahora apenas vuelvo, y tampoco lo reconozco. Quizás si las puertas, los árboles, las piedras pudieran hablar tampoco nos reconocerían.
2 comentarios:
Pasaba los veranos en un pequeño pueblo. En la calle en la que vivía había una cuesta, para nosotros impresinante. Hoy apenas es un desnivel... Ahora apenas vuelvo, y tampoco lo reconozco. Quizás si las puertas, los árboles, las piedras pudieran hablar tampoco nos reconocerían.
Un beso
En mi caso no me queda ninguna duda de que ambos somos dos perfectos desconocidos.
Y eso que no hace tanto tiempo que nos separamos.
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