martes, 24 de enero de 2006

Ayer por la noche fui a reciclar vidrio. Por un momento dejé una bolsa con botellas junto al contenedor mientras me acerqué a un cubo de basura a tirar unos plásticos.

Entonces escuché el ruido de las botellas caer sobre el suelo. Al darme la vuelta vi que el mendigo con el que me acababa de cruzar segundos antes, rebuscaba entre la bolsa con (quizá) la esperanza de encontrar alguna botella llena.

Durante unos segundos me sentí como Juliette Binoche. Quieto, observando la escena y sin hacer nada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A la próxima, bajalé una botella de Rio Duero...

Anónimo dijo...

¿Agua del Duero?. ¿Queréis matarme?. ¿o te refieres aun "Ribera de Duero"?. Uf, eso sería una sobredosis cuando se está acostumbrado al brick de don Simón...

"El vino que tiene Asunción, hip, no es blanco, ni es tinto..."