domingo, 13 de noviembre de 2005

Sueños proyectados

Sigue lloviendo. Mientras paseo por las calles de la ciudad que me vió crecer me paro frente a la fachada de un caserón antiguo, hoy reformado en hotel.

Antaño esa casa fue la última de las que por efecto de la crisis de los 70 quedó en ruinas y así permaneció durante muchos años, mientras el resto, poco a poco se fueron reconstruyendo. Pero ella (una de las más bellas), por razones que siempre se me escaparán quedó abandonada a su suerte.

Cada vez que pasábamos frente a ella, soñábamos cosas imposibles, nos imáginabamos un futuro lleno de dicha entre sus cuatro paredes aún conscientes de que nunca podríamos hacernos con ella. No importaba, soñar siempre fue bello...

Hoy ella, se alza imponente y majestuosa frente sus vecinas, y de ella he aprendido que siempre, y para todos, vendrán tiempos mejores.

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