lunes, 22 de agosto de 2005

A veces me canso de repetirlo.

Hace dos o tres años cuando iba paseando por la feria del libro que todos los meses de junio se celebra en el retiro, una muchachita ataviada con una casaca de Amnistía Internacional me dio un marcapáginas con una cita del poeta inglés John Donne:

"La muerte de cualquier persona me rebaja, pues estoy comprometido con la humanidad. Así pues, no preguntes por quién doblan las campanas. Están doblando por ti."

Ese papel es uno de los innumerables objetos absurdos que pueblan mi espacio personal de trabajo, y sin embargo está a la vista de todos porque suscribo sus palabras desde el principio hasta el final y por lo tanto es algo que me gusta compartir con todo aquel que quiera perder cinco segundos de su valioso tiempo en leerlo.

Cuando un helicóptero cae en Afganistán la cita tiene el mismo valor que cuando ese mismo helicóptero se emplea en la misión para la cual fue diseñado. Y esto es totalmente independiente del hecho de que uno piense que las tropas nunca debieron partir hacia esas "lejanas montañas" ni hacia otros "remotos desiertos".

Y no sé porqué a veces me piden que repita estas palabras. Otra vez más.

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