Durante mucho tiempo defendí en el trabajo que nadie, absolutamente nadie, es imprescindible. Pero un día recordé la siguiente cita:
"Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida:
esos son los imprescindibles."
Y claro, no soy quien para contradecir a Bertolt Brecht. Desde entonces pienso que nadie es imprescindible para el capitalismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario