miércoles, 6 de julio de 2005

Itsas y el "no" (2ª parte).

Nos besábamos en un parque a plena luz del día. De pronto escuché una voz. Al separar mi cuerpo del suyo descubrí un chaval joven pero consumido por la heroína que nos reclamaba algo de dinero.

Con un gesto de fastidio hurgué en mi bolsillo y le di la primera moneda que encontré. Creo que era una moneda de 100 pesetas con la que compré mi seguridad y la de ella.

Volvimos a lo nuestro.

Los besos ya no me supieron igual.

Continuará...

1 comentario:

Anónimo dijo...

No es de extrañar que los besos que fueran iguales... Realmente cuando tropiezas con una situación así, al menos yo, no sé cómo reaccionar... Un besote.