lunes, 22 de noviembre de 2004

Despistes y franquezas (I)

Parafraseando a Benedetti inicio una sección dedicada al autoescarnio público en la que intentaré plasmar en la web mis pequeños "deslices" cotidianos. Digo pequeños pero en algunos casos han sido monumentales. Intento tomármelos con humor, pero reconozco que la convivencia con un ser que es capaz de dejar olvidada una zapatilla en el frigorífico o dejarse abierta la puerta del trastero con toda la colección de "Vega Sicilia" a la vista puede llegar a ser desesperante.

Itsasbeltza sea tal vez el pez con peor memoria del océano, eso incrementa aun más si cabe la probabilidad de sufrir un transtorno despistoide. A modo de ejemplo, recomiendo a los lectores que si alguna vez encuentran un paquete de tabaco vacío, comprueben si entre el papel y el celofán hallan algún billete de 10€ o un bonometro, en cuyo caso tendrán una prueba evidente de que Itsasbeltza "was there".

Por cierto, las almas caritativas que vayan a la oficina de objetos perdidos pueden dejar un saludo allí para mí, me conocen muy bien...

Pues bien, este sábado Jorge descubrió que no tenía café, y entre la modorra post-comida y la aun no resuelta cuestión de quien de los dos es más vago decidimos jugarnos a cara u cruz a ver a quien le tocaba bajar a comprarlo.

Con una sonrisa, él dijo que elegía cruz. Así que lancé la moneda de cinco céntimos y...
Adivinen a quien le tocó hacer la compra...

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