miércoles, 3 de junio de 2009

"Ella llegaba sin hacer ningún ruido, se sentaba en una esquina, como en un segundo plano..."

Así empezaba una historia de la que me encantaría conocer el final pero que por desgracia no va a ser posible.

Como un iceberg, esas palabras han emergido de entre las dispersas notas que guardo en mi directorio personal de trabajo, esperarando tres años y medio en ser leídas.

Hoy que el azar me ha obligado a rememorar viejos recuerdos, ardo en deseos de saber qué es lo que pasaba por mi mente aquellos días de enero, a quién iría dirigida, por qué empecé a escribir eso, pero por desgracia (o por fortuna) cada día que pasa mi memoria es más volátil.

4 comentarios:

odraz dijo...

A mí me parece un buen comienzo para una historia que puede llegar a ser muy sugerente, sólo hay que poner la imaginación en marcha. De hecho, estoy tentada a pedírtelo prestado...

itsasbeltza dijo...

Me encantaría que cayeses en la tentación...

odraz dijo...

¿Eso es un sí? Entonces quizás alguna vez me atreva a mostrarte el resultado...

itsasbeltza dijo...

Gracias por el atrevimiento...