viernes, 11 de julio de 2008

Una vez en este blog escribí: "Me gustan los sonidos de la noche". Si bien no recuerdo exactamente que fue lo que me indujo a escribir eso, no creo ir demasiado desencaminado al pensar que estaba recordando algún año de mi época universitaria cuando mis mejores horas del día eran las horas nocturnas en las que me encerraba con los apuntes en mi habitación y me hacía acompañar de algún programa de radio de esos de madrugada.

Aquellas horas de soledad de cada día han forjado una gran parte de lo que soy hoy. Recuerdo cuando salía a fumar un cigarrillo a la ventana y miraba a la ciudad vacía con la excepción de algún gato callejero; y mientras el cigarro se consumía entre mis dedos escuchaba el silencio. Y así pasaban las horas hasta que se empezaban a oír a los gorriones piar, momento en el cual me metía en la cama.

La radio, el silencio, los gorriones... Los sonidos de la noche.

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