viernes, 18 de julio de 2008

La calle Argumosa es quizá (odio los superlativos) una de las calles con más encanto, que no bonitas, de Madrid. En una de sus esquinas se encuentra el bar Soidemersol ("Los Remedios" leído al revés), que dio nombre a un disco de "La Buena Vida". Cada vez que paso por ese lugar viene a mi mente una de las estrofas más bonitas (sigo odiando los superlativos) que se han cantado en lengua castellana:

"Quiero que al menos comprendas
por qué me cuesta decirlo
porque te llevo tan dentro que hasta me olvido yo mismo de ti.
"

Podría escribir muchos paralelismos ("verano", "Matineé", "pacífico", "respirando en el mundo"...) entre esa calle, dicho disco y aquel verano de 2004. Verano en el que África (madrileña), Souleymane (senegalés de confesión musulmana) e Itsas (vasco) "arreglábamos" el mundo al caer cada tarde. Y sentados en una terraza sellábamos la paz en cada uno de los frentes que nuestras circunstancias personales y colectivas nos enfrentaban al otro.

Por fin ayer, 17 de julio de 2008, el Tribunal Supremo puso fin a algo que nosotros ya tuvimos claro entonces. Creo que la generosidad de "Suli" en cedernos las tapas de jamón tuvo mucho que ver en esos cuatro años que le hemos sacado de ventaja...

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