Durante los minutos previos nos buscamos con las miradas y nos dedicamos alguna sonrisa furtiva. A la salida de la conferencia cada uno se centró en los suyos hasta el momento en que nos tocó ir a comer. Entonces hice lo que nunca acostumbro a hacer: me quedé esperándola en la puerta hasta que terminase de hablar con uno de los gerentes, sin confiar (como siempre hago) que el azar me encontrase un buen sitio en la mesa.
A media comida agarré la botella de vino y me dispuse a servirla por enésima vez, como buen canalla que espera que los vapores etílicos no le separen nunca de su amada.
Entonces, como sólo ella sabe hacerlo, me reconoció:
- ¿Sabes?, a mí el Alcohol me pone más cariñosa...
Victoria...!!! Hemos triunfado!!!
- Luego he quedado con Héctor (el "otro"). Creo que cuando le vea voy a caer rendida en sus brazos...!!!
5 comentarios:
Jejeje
Los "otros" aparecen siempre cuando menos los esperas...
Joder qué putada.
Bueno...!!! afortunadamente es algo de lo que hoy estoy felizmente recuperado.
Siempre aparecerán otros "otros" cuando menos me lo espere... :)
Creo que no serviste la botella en el momento adecuado... ;-)
La paciencia es la madre de la ciencia... tu sigue esta senda a ver si consigues resultados más satisfactorios
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