martes, 10 de abril de 2007

En casa materna (y más si los sobrinos andan por medio) no se me escapa ni un "joder", ni una "puta", y por supuesto "ostias" (con mil perdones hacia mi Amatxu) está completamente desterrado de mi vocabulario.

Los cabrones de mis amigos ya me tienen bien calado.

He tenido parejas que me han vetado el término "follar", obligándome a usar epítetos como "hacer el amor", que en muchas ocasiones se me quedaban demasiado cortos.

En el trabajo, me corto bastante poco (jefes incluidos). Y quien no quiera oír, que oiga para otra parte...

Y si alguno, ante tanta esquizofrenia verbal, se preguntara: ¿Cuál de ellos eres tú?

Yo soy todos ellos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Al pan, pan...

Blackberry dijo...

Pos claro que sí, chico.

Qué maravilla, lo socialmente educaditos que - algunos :P - llegamos a mayores, ya sabemos qué decir delante de quién y cuándo... eso son habilidades sociales y lo demás tonterías :)