lunes, 17 de julio de 2006

Hubo una época en la que cuando se trataban algunos temas (sólo unos pocos, pues jamás he sido erúdito de nada), mis interlocutores tras cada frase me miraban de reojo buscando una aprobación o una censura. Yo, en algunas ocasiones bajaba los ojos y esbozaba una sonrisa tímida, sin embargo la mayoría de las veces me limitaba a no hacer absolutamente nada.

Y por supuesto ni rastro de censuras o de asertos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buenos dias Itsas¡¡¡¡¡¡

como estas??????
al leerte me he acordado de unas cosas mias,, pero por otros motivos, mis interlocutores eran de otra indole, y yo siempre bajo la mirada, soy timido,,, pero si me rio no lo puedo remdiar me sale la carcajada, o si me enfado se me pone un ojo de mala leche...leugo me enfrio corriendo y santa paz.. jajajajajaajaja

amigo mietrnas nos respetemos y seamos acrodes a la sociedad que vivimos en democracia siempre podemos expresar lo que creamos sin dañar a los demas o si haces daño que no sea sabiendolo,,pero me refiero al hablar no fisicamente,, me opngo radicalmente a dañar a nadie,,
me gusta comp iensas, se siemrpe asi,

buen dia y otro dia caluroso mas,, mañana me voy a alicante a mis temas medicos, y el lunes me voy para merida a cuestiones medicas tambien,, a saber cuando vengo,, que asco,,,,

abrazos

pepe