lunes, 12 de junio de 2006

Justo bajo el puente hay un coche destartalado, cristales hecho añicos, chapa abombada e incluso rasgada. Su parte trasera está completamente quemada, algunas puertas yacen en el suelo a un metro de distancia, y en su interior un completo caos de cartones, periódicos y suciedad.

Cuatro de la tarde. El sol aprieta en Madrid, como es habitual en esta temporada del año. Piensas si merece la pena dar un rodeo de unos trescientos metros para no pasar junto a él, o acortar el sacrificio que inflingen los rayos de sol sobre tu cara.

Optas por esto último. Durante la maniobra de aproximación miras en todas direcciones para comprobar que no hay nadie en tu campo de vista. Al pasar junto a él miras de reojo para cerciorarte de que nadie hay en su interior, y justo cuando ya lo has rebasado se escucha un sonido metálico, como si algo hubiera golpeado su carrocería.

Te giras, no ves nada extraño. Mientras te alejas piensas si todo fue producto de tu imaginación.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué mal rollo! ¡Y que bien lo has contado! Parece parte de una película.
Yo habría optado por dar un rodeo y en caso de haber pasado por allí habría salido corriendo sin mirar atrás al escuchar ese ruido. Pero eso es porque yo ya no… soy valiente.

Anónimo dijo...

HOLA Itsas muy buenas tardes, desde luego parecia como un coemtnario de pelicula, pero la cuestion es que la mente te sugestiona de tal manera qeu parece real todo,,

cuidate mucho y da ese rodeo asi estas mejor, el sol no es tan malo,, de momento, de aqui a unas semanas me callo.

que tengas muy buen lunes bonico.

abrazos

pepe