miércoles, 22 de febrero de 2006

Miro a través de la ventana y veo llover. Siempre que el cielo nos regala una tarde lluviosa me viene a la mente la imagen de un paseo con paraguas mientras una grata compañía se aferra a mi brazo. Quedan unos pocos(??) minutos para que termine mi jornada laboral, vuelvo a poner los pies en tierra y descubro horrorizado que olvidé el paraguas en casa y a mi alrededor sólo se encuentra mi jefe...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estabas mejor con los pies en las nubes...

Anónimo dijo...

O quizás sea el principio de una gran amistad...

Musu bat