No hay dos sin tres...

Alholva había pensado lanzarme el testigo de las rarezas pero hubo antes unos seres más desaprensivos que ella que se le adelantaron. No importa. Si algo caracteriza a Itsasbeltza es el tamaño de su corazón, que no deja a nadie sin su cachito de tarta (nota: los comments... para hacerme la pelota).

Bueno... y dado que ya he hablado de mis rarezas actuales, ¿por qué no dejar volar un poco la imaginación y soñar un poco?

Sueños extraños, claro...

1.- De seguir con mi manía de ir leyendo libros por la calle no tardará en llegar el Día en que a Raddy et moi nos peguemos el gran ostión (con perdones hacia mi amatxu) uno contra el otro. Curiosa forma de conocernos.
2.- Saldré del armario naturista y comprobaré que en la toalla de al lado, campa Txabi a sus anchas.
3.- Mis posts sequirán siendo tan lamentables, que las risas de Lucía se transformarán en llantos.
4.- Un día descubriré que hay vida a las cuatro y media de la mañana. Ese día me meteré en la cama de Ume y la encontraré vacía... (jeje, esto es una venganza por no haber querido ser mi traductora).
5.- Tal vez mañana me atreva a enmarronarle a odraz con este jueguecito.

P.S. Tanta insinuación a que cuente mis rarezas no puede ser causalidad. ¿Será cierto eso de que si el río suena, agua lleva?