jueves, 10 de noviembre de 2005

10 de Noviembre

Y hubo un día en el que juré no volver a entregar nunca más mi alma. En el que me prometí mantenerla a salvo de cualquier contacto con el exterior.

Y llegaron los días, en los que me tuve que tragar las palabras pronunciadas y los juramentos realizados.

Y pasaron los años, y cada uno de ellos, al llegar a estas fechas veo como por puro azar la historia parece repetirse. Y la tristeza me invade, producto de sueños que no pudieron cumplirse.

Donde hubo llamas... sólo queda la aridez de la tierra quemada.

No hay comentarios: