viernes, 5 de agosto de 2005

Dos canciones

Estoy en plena renovación musical. Bueno... renovar tal vez no sea la palabra exacta porque es raro encontar entre mis discos alguno con antigüedad menor de un año.

De entre todo lo que he escuchado a lo largo de estos días ha habido dos canciones que han removido mis emociones. La primera de ellas es una adaptación que el cantautor Paco Ibáñez hizo de unos versos de Gabriel Celaya:

"Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido,
partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho, me ensancho."

(La poesía es un arma llena de cargada de futuro, Paco Ibáñez 1969)


...soberbio!


La segunda, fue cuando escuché la voz de Olga Cerpa cantar:

"Vivo en Atocha 53
junto a la vía de un viejo tren
un cuarto piso sin ascensor
y una portera que hace croché

A cuatro metros de mi portal
cuelga una placa de una pared
desde un enero de cielo gris
que marchitó claveles de abril

A los gitanos les gusta el swing
con bulerías y Rock & Roll
en el "Candela" no sirven ron
y el camarero habla japonés

Maldito sea el despertador
que me levanta siempre a las diez
me busco un "chino" para empezar
en la nevera no hay qué comer
y tanta soledad
que me viene a buscar
y tanto por hacer
yo no sé si podré...

Vivo en Atocha 53
con una pena que usted no ve
ya la alegría salió al balcon
buscando el mar donde me crié."

(Atocha 53, Mestisay 1998)


Tal vez algún día cuente porqué aparte de los sentimientos de morriña y soledad, esta canción me toca de lleno.

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