lunes, 10 de enero de 2005

Limpiezas

Lo primero que he hecho al llegar al trabajo ha sido hacerme con el calendario de este año. Como todos los eneros he recorrido las hojas del calendario del año pasado para hacer el trasvase de cumpleaños de uno a otro.

Todos los años desaparecen los nombres de dos o tres personas. Es algo triste, pero no tiene sentido seguir almacenando fechas de gente que por unas u otras razones han salido de tu vida. Tal vez suene muy frío escribir esto, pero también es cierto que para cuando elimino esos cumpleaños ha pasado mucho tiempo sin contacto. Mucho... En el fondo debo reconocer que mi propia necesidad de supervivencia me dice que es preferible pasarlo mal una mañana de enero que una serie de días desperdigados a lo largo de todo un año.

Sin embargo hay otros que aún se mantienen, a sabiendas de que antes o después acabarán siendo eliminados. Sin saber porqué un 10 de enero decidiste mantenerlos en tu recuerdo y cuando llegue esa fecha producirán en ti esa extraña sensación de sonreír y llorar por dentro al mismo tiempo.

Y por mucho que lo intente no olvidaré el 28 de Enero, ni el 10 de Noviembre, al menos este año.

Eso sí, tengo un año por delante para inscribir las novedades.

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