lunes, 29 de noviembre de 2004

Reflexión en voz alta

Hay quien dice que las puertas están para cerrarse y las ventanas para abrirse. Estoy de acuerdo con eso, ya que si cierro una puerta es porque quiero independizarme de lo que sucede más allá de ella. Ahora bien, ¿qué sucede cuando alguien interrumpe ese deseo de evadirme?.

Este fin de semana mi intimidad fue violada en dos ocasiones.

Primero fue aitatxu. Abrió la puerta lentamente, me dijo algo, se acercó a la repisa donde están apilados todos los CDs, cogió el que buscaba y salió dejando la puerta entreabierta.

Luego llegó mi sobrina Miren. Abrió la puerta con estrépito, se acercó corriendo, y mientras me llamaba tonto me soltó un sopapo. Tamaña agresión fue respondida con una andanada de cosquillas que la debieron hacer dudar sobre sus posibilidades de victoria en ese combate, por lo que optó por una retirada a tiempo quedandose la puerta abierta de par en par tras su marcha.

El delito de la primera intromisión fue pasar sin llamar, en la segunda hubo además insultos y agresiones. Sin embargo esta última visita fue mejor recibida.

Y es que los mayores somos raros, raros, raros...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy Andaya ( http://blogs.ya.com/webandaya/ )
Sobre el post...jajajajajajaja buena venganza lo de las coskillas!!
En cuanto a tu presentación... pues no comer gusanos no te va a salvar de picar, siempre kedan las "moscas peluas" y te lo dice alguien k tb pica y peca de tonta.
Buen blog, me gusta.

itsasbeltza dijo...

Las cosquillas son siempre efectivas, Andaya.

He entrado en tu blog y me ha gustado mucho. Me gusta leer los blogs desde el principio hasta el final y el tuyo engancha...