viernes, 8 de octubre de 2004

Hijos únicos

Mis experiencias con hijas únicas no pueden calificarse como de muy afortunadas, ni como pareja ni a nivel de amistad.

Tal vez sea mala suerte pero siempre acaba pareciéndome que no están muy acostumbradas a compartir cosas con sus hermanos y se comparten de forma similar durante una relación.

Por eso cuando sueño despierto y alguien me dice:
- Itsas, quiero tener un hijo.
Yo le respondo:
- No, yo no quiero tener un hijo. Yo quiero tener dos.

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