sábado, 3 de diciembre de 2005

Cosas de niños

Me cuenta Aitatxu que una vez al volver de un viaje al extranjero me trajo un avión de juguete. Un Boing 727 del que aún guardo algún recuerdo, más que nada porque mis primeros impulsos violentos de los que tengo memoria consistían en estampar el avión contra la pared (lo de tirarle del pelo a mi hermana son habladidurías de amatxu a las cuales no hay que darle credibilidad alguna...).

El caso es que cuando me dieron el regalo, al pequeño Itsas sólo se le ocurrió ponerse a jugar con la caja de cartón en la que venía envuelto.

Y es que desde entonces data mi manía por mantener la atención en las cosas más nimias. Y así me va... claro!

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