viernes, 2 de marzo de 2007

Soy de los que se fijan en el modo de escribir de cada persona, y sobre todo, una cosa que no me pasa inadvertida es si la persona en cuestión escribe con tildes. En esto hay tres grupos claramente diferenciados: los que nunca acentúan sus escritos, los que (como yo) suelen hacerlo aunque cometan muy a menudo errores, y los que dejan sus textos pulcros e inmaculados.

Pues bien, ella es una de éstas últimas personas. Y lo que más me sorprendió es que después de estos años, la primera falta que le he descubierto ha sido al escribir mi nombre, que según las normas de acentuación de la lengua castellana lleva tilde. Y eso incluso ni cuando yo mismo se la pongo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Uyyys!. Parece que te lo has tomado muy a pecho. Y yo te entiendo, que una tilde confiere carácter y personalidad a un nombre. Que no es lo mismo que te escriban bien el nombre o te pongan Xtabi, Chavy, Txavi, Txavy... ¡cosas veredes!, que nunca me quejé mucho si escribían Chabi o Xavi que es lo mismo pero en otros idiomas...